sábado, 1 de noviembre de 2014

Lista de "gusta" y "no gusta"



A manera de ejercicio "literario-político" por la independencia de Rancagua, además de apuntar al prístino fin de reactivar un blog por centésima vez, he elaborado esta lista con mis gustos y disgustos. La idea es que este rasca texto se transforme en el último hit de la novela contemporánea (?) e invitar a la meditación trascendental con su yo interior pajero -que yo tengo súper desarrollado, por cierto-.

                                                       Con ustedes, la autora de este blog.

ADVERTENCIA: Le puede dar hambre.

Me Gusta:

-Comer, de preferencia masas dulces como pie de limón, chocolate, bizcocho, dulces árabes -junto a un café con un poco de amargura-, papas fritas, papas mayo, papas duquesa, papas en general.
-Pensar en cosas que me gusta comer.
-Comer pan con lechuga, tomate, mayo, champiñones y palmitos.
-Comer tallarines con salsa y carne de soja.
-Comer lasagna.
-Comer completo -sin salchicha o con choripán vegano- con salsa diabla.
- La frase salsa diabla. Uy.
-La gente que dice "que dios lo guarde".
-Pensar en cosas que me gusta hacer.
-Pensar en marsopas.
-Pensar en escribir sobre las cosas que me gusta hacer.
-La hora del desayuno, almuerzo u once, como también los coffee break de la Universidad Católica -todos los coffee break en general, pero especialmente esos-.
-La frase "el cadáver exquisito" y lo que significa "el cadáver exquisito".
-Pensar que me resulte un "cadáver exquisito".
-Leer sobre agujeros negros y sentir el consiguiente temor, por la posibilidad de que, algún día, un agujero negro trague el planeta.
-Ver dibujos, ilustraciones y caricaturas sobre gatos. Idem para leer.
-Sacarle pulgas a la Dalí -sí, me agrada-, porque me pone en una especie de estado de meditación trascendental donde coloco el cerebro en blanco. Esto, con una babosa en la cabeza, chupándome todo atisbo de sinapsis neuronal -inserte acá su imagen de Fry de Futurama-.
-El dolor de cabeza por estar haciendo sinapsis neuronal.
-Salir a mirar muebles o ver revistas de decoración. Inserte aquí mi cara de vieja de mierda.
-Ver teleseries.
-Pensar que podría escribir un guión de teleserie tan bueno como "Dónde está Elisa".
-Hablar sobre teleseries.
-Pensar lo buena teleserie que es Fatmagul, porque el guión está basado en un libro, elevando el género de la teleserie al nivel de novela proustiana -mentira, pero igual-.
-Escribir sobre cosas que me gusta hacer, porque no me deja espacio para pensar en algo más y es casi como estar haciendo eso o disfrutando de eso -tal como ahora mismo-.
-Ver pinturas shorifly.
-Ver Viste La Calle y pensar que, algún día, podría salir ahí. Acto seguido, darme cuenta de que, si sigo poniéndome pantalones oscuros y las mismas poleras, no pasará nada. Volver a soñar
-Escuchar música después de salir del gim, porque me relaja y quita el dolor en los muslos. Además, cuando voy caminando con los audífonos puestos, me hace sentir lindi y poderosa. Cuec.
-Subirme a la elíptica o corredora, poner inclinación nueve, colocar el "...And Justice for All" y sentir que corro a la velocidad de las canciones.
-Juntarme con gente shori a abuelear, chanchear y después pedir un agua cocida. Todo esto, un viernes por la noche en la casa de alguien.
-Reírme como hueona en la calle.
-Que me baje el "impulso ulteriorsh" de hacer algo -llámese escribirsh, dibujarsh, bordarsh o cualquier hueá artíshtica- a las doce de la noche -no ocurre mucho y me hace sentir súper poco productiva en esta carrera por un award en algo-. Que mi mamá diga "¡apaga la luz! ¡aprovecha la luz del día!"
-Juntarme a pelar con gente shori.
-Jugar a la violencia intrafamiliar con las primis en espacios públicos.
-Carretear -ir a escuchar música o comer-, no tomar una gota de alcohol y quedar como saco de papas hasta el próximo viernes.
-Comer y pelar con mi mamá.
-Escuchar al Tata hablar de Paredones y de "los democre". Recordar las palabras favoritas de la abuelita Flor.
-Escuchar y decir "es dije".
-Pensar en la cueca dubstep.
-Ver películas. Sufrir.
-Harry Potter. Sufrir con Harry Potter.
-Oler la guata de los gatos.
-Lavar la loza con música.

No me Gusta:
-Pensar en cosas que no me gustan.
-El olor a ajo, cigarro, sobaco o poto.
-La gente con olor a ajo, cigarro, sobaco o poto. Peor si es todo junto.
-Escuchar a gente hueona dándoselas de alumbradas. Malditos hijos de sus madres.
-Escuchar o leer comentarios de gente que critica lo penca que es la música o gustos de otras personas. Querer ponerles un cohete en el trasero.
-Escuchar o leer a gente con aires "fundamentalistas" -no importa su tendencia política-. Pensar que no se diferencian mucho de los nazis.
-Tener que comer cosas pasadas a ajo. Es malo para quienes tenemos el síndrome Drácula.
-Ver comerciales de Axe.
-Oler desodorante Axe a dos cuadras. Por favor, aprendan a aplicárselo.
-La verdad la verdad, ir al gimnasio.
-Que me corrijan en el gimnasio.
-Ir al gimnasio y tener que hacer máquinas donde estoy boca abajo -especialmente la 69, "If you know what I mean"-.
-Ir al gimnasio y que pongan, a todo porcino, música rapera o hip-hop -¿hay alguna diferencia? Sorry lo ignorante-. Tener el consiguiente sentimiento de estar en el Bronx.
-Sentir que me están mirando el poto.
-Darse cuenta de la cara de los viejos verdes.
-Escribir notas de incendios, las policiales y pies de foto.
-El verano y las temperaturas superiores a 30 grados.
-Sudar, especialmente en el gimnasio -es normal, pero no hay caso con mi pavre mente-.
-Gente con las uñas largas.
-Mi mamá hinchándome.
-Las películas de Spielberg.
-Lavar loza sin Quix.
-Escuchar a mujeres comentando que "Juanita es linda, pero no es tan linda como Pepita, aunque Pepita en realidad no es linda linda"...
-Escuchar a mujeres contando cómo el pololo de fulanita de tal las miraba primero a ellas. Más todavía, cuando fulanita de tal es su amiga.
-Leer o escuchar clichés como "ateo, gracias a dios". Inserte aquí otro cliché.
-Don Francisco.
-Kramer. Es que perdió "el ángel"...
-La Raquel Argadoña.
-La Kel Argandoña.
-La gente maricona sonriente. Inserte aquí su maricona sonriente.
-Escuchar o leer la palabra fleto.
-Estar estática. El que cacha, cacha.
-Ir en el colectivo y que el chofer me meta conversa. Sentir que seré descuartizada si no le contesto.
-Que me llamen por celular cuando voy caminando por la calle, mientras estoy escuchando música como una vulgar junkie.
-La gente feliz.
-Cepillarme la lengua.
-Escuchar reggaeton mientras camino por la calle o dentro de una tienda. Acto seguido, sentir que ando al ritmo de la canción.
-Que me hable gente desconocida.
-Las arañas.
-Las velociraptors.
-La gente con papa en la boca.
-El olvido.

Conclusión: Soy una vieja de mierda.


lunes, 14 de julio de 2014

Gato con Navaja



De cuerpo pequeño, con pelaje sedoso y escurridizo por los dedos
Frágil
Con sigilo al andar o al borde del nervio
Lunática
Más amiga de hacerse ovillo que de recorrer los tejados
Melosa…
Siempre más propensa hacia el silencio que a los maullidos
Siempre con los ojos asustadizos, cautelosa de la noche y sus entretejidos
Siempre…
Eso dicen los que miran por las ventanas
Por la vereda del frente…
Eso dicen
“Siempre con la mirada alerta, temerosa”, espetan quienes se detienen en la cara diminuta
En la barbilla en punta
En su opción por el silencio al maullido fácil…
Por supuesto, es que parece más simple perderse en la pupila
Sí, es que la creen más cría que un carnívoro doméstico y maduro
Por eso optan por zaherirle la cola
Por jugar a faltarle el respeto a los bigotes grises, olvidándose de su lengua áspera
De sus patas cortas con uñas agudas y retráctiles
CUIDADO
Detrás de cada cola oscilante
Se esconde un gato con navaja

miércoles, 28 de mayo de 2014

De Estación Central con amor



No todos los mortales están preparados para apreciar la "exótica" belleza de Estación Central -como diría don Hermes respecto a su enigmática hija, Betty, la fea-. Incluso es probable que tal como con un mino porfiado de cara, el vulgo se refiera a ésta como un simpático lugar antes de llamarlo lindo. Ay de ellos/as, pobres infelices. Porque Estación Central tiene un encanto único, pícaro, al borde de lo ¿huachaca?
                          
Déjenme contarles mi historia. Conocí Estación Central en 2007, cuando me trasladé a estudiar a "la capitale". Era una cabra hueona, cuyos conceptos de lo estético estaban encerrados en las clásicas casillas impuestas por el capitalismo (yaaaaaaaaaaaaaaaaaa, oeeeeeeeeeee). Si bien había visitado la comuna en mi prístina infancia, no era mucho lo que recordaba. Pero un día llegó esa magna fecha de ir a matricularse a la nunca bien ponderada y siempre vilipendiada Usach. Mi tía y yo llevábamos nuestras canastas con panes con pernil de shansho, el buen huevito duro, todo lo que provisiona a un rancagüino de corasound.

Y nos bajamos de nuestra carreta tirada por vacas colocolinas. Lo primero que pensé fue "puta que es cochino". Sí, pues el común de los mortales, más que encontrar fea la zona aludida, la encuentran cochina, desalineada, sin mucho cuidado facial, ¿me captan la ondita?

No recuerdo bien si ese mismo día o semanas después mi tía me acompañó a buscar un sitio donde vivir. La cosa es que recién en ese momento comencé a deshacerme de ciertas ideas y pude empezar a apreciar la belleza bellaca del lugar. Es así como recorrimos Villa Portales, un sector muy cachilupi y con harta historia. Le cuento: se trata de un barrio insigne para la arquitectura shilena, pues innovó en la manera de pensar la vivienda socialsss.

Es de lujo. Hay más de 30 blocks con mosaicos fresas, bajorrelieves hechos eminentemente bajo los efectos de mary jane y plazuelas shuer locas. Además los edificios están conectados a través de pasarelas supersónicas... En fin, Villa Portales es la raja y su arquitectura se fusiona con los espacios de la Usach que la rodean. Chitaquelindo.
Yo viví en Villa Portales poh, tal como una celebridad en Manhattan (?) Si bien no estuve en uno de sus blocks, sí arrendé en una de las casas que se ubican dentro del complejo habitacional. Era "loco, bien loco, bien loco". Todos los días caminaba a clases, de vuelta de éstas y lookeaba los edificios, la gente, los perros y los gatos, todas esas cosas "maravillosas y desconocidas", diría mi querido Mario Hugo.

 
Con las semanas, mis amistades me llevaron a recorrer -ellos me llevaron, yo no quería XD- Meiggs, "Estación Central Center" -entiéndase lo referido al comercio- y lugares varios. Era la zorra. Medio cochino, pero la zorra: gente vendiendo anticuchos en la calle; mancebos y bellacas huachiturras ofreciendo mp3 de hipsters - yo estaba japi, japi, porque todavía pertenecía a la dimensión del discman-; individuas e individuos tocando guitarra eléctrica en medio de la cashe, en las micros, aplicándole al jazz en la estación de trenes; galerías de libros y revistas del año del copi... Todo era la raja

Y aunque usted pueda decir "no te dai cuenta el énfasis que le ponís a la idea de consumir, capitalista culiá", yo le respondo "mira gil culia@, don Gabriel Salazar estaría feliz en Estación Central, porque la gente se apodera de la cashe". Ya, muchos se empoderan pagando patente, otros no. Pero la hueá es que éste es mi texto y yo mando, así que cierra el hocico XXXXXXX.

Además, los cachivaches son ultra baratos, así que qué tanto.

¿Quieren saber más? Cuenta la leshenda -mentira, lo dice un capítulo de Canción Nacional, el programa de C13- que en los ochenta parte de la movida punketa, new wave y toda la gente shuer loca de esa década se arrejuntaba en una especie de galpón de Matucana, una de las calles más cochinas de Estación Central. ¡Cómo le quedó el ojo!

Además, la comuna también tiene su componente romanticón por la misma presencia de la Usach. Lo anterior, por sus áreas verdes abiertas al público -aunque muchos quisieran cerrarla y unos cuantos doble estándar se quejen de que caminan por allí huachiturros- y la estación de trenes, que en sí misma hace referencia al compadre de la Torre Eiffel. Súmale sus grandes alamedas al estilo Allende y las protestas en el frontis de la Usach, el olor a lacrimógena cuando queda la zorra y las intervenciones shuer locas y artísticas en magno espacio -éstas últimas son más tranquilas, así que apacíguese-. Ya sé, a algunos no les gusta mucho el hueveo, a mí tampoco me fascina. Pero una hueá es una hueá y otra hueá es otra hueá XD.
En otras palabras: la ciudad es pa' habitarla, no pa congelarla en una foto de putifrunci. "A lo vio". Y hay otro lolo que también ama Estación Central. Un tal Redolés que le dedica poemas a una lola bellaca, a los machos de la comuna, a su gente pulenta.
En fin, yo amo Estación Central con fervor y frenesí. Aunque digan que asaltan a los pajarones y a los gringos de paso por allí -gringos, otro dedito hacia arriba para la comuna; Aunque huela a alcantarilla cerca del Mall Alameda; Aunque la gente sea fea -todos los dicen XD-; Y aunque muchas veces te cierren el metro, porque mis queridos correligionarios de la Usach se ponen a quemar neumáticos fuera de donde vivo -miraquépoético-.

Contigo pan y cebolla



Te quiero, Juan
En serio te quiero
Te quiero más que al pan con shansho
Incluso te di mi marraqueta calentita de arrollao de huaso con tomate y ketchup
¿Viste que te quiero caleta, mi pichula suelta?
Y voh
Que me cambiai en el boliche hasta por una pilsen
Tan rasca que fuiste a salir, Juan
Pero igual te quiero yo
Eris, eris…
¿Cómo es que se dice?
Mi pierna pelúa, eso eris
El que me calienta en invierno las patitas cuando falta plata pa’ la parafina
Aunque haya caído tu diente oro, Juan
Aunque a veces te le vaya el ojo mirándole el poto a la vecina de la esquina
Aunque no sabís ocupar bien el Axe, Juan
Aunque pasís al café con piernas a gastarte la matrícula del Brayatan
Aunque me digai “ponte en cuatro, Yolanda”
Puta, Juan
Discúlpame por ser tan cabeza de caca
No debí meterme a la nocturna a sacar el segundo medio,
Juan
Menos mal que tengo a alguien como tú
Alguien como tú, que me cuida
Que me quiere tal cual soy,
Como las mentitas poh
“Chica, gorda y picante”
Eris, ¿cómo es que se dice?
Mi pierna pelúa, eso eris.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Cosas que debería hacer Alfred Hitchcock o cómo romperle la cabeza al mono


Hace un tiempo vi "La chica", película en la que cuentan la trastienda -eeeeeeeeella, la periodista de política- de la relación entre Alfred Hitchcock y Tippi Hedren, la protagonista de dos de sus películas. Como buena jornalista altamente informada y culturizada (?), nunca antes había visto algo referente a este señor con cara de Adonis. Y como a nosotros nos encanta chamullar, esto bastó para hacerme una idea súper completa y objetiva sobre la personalidad de este hombre con rostro dionisíaco. 

Ya, pongámonos serios. Mi conclusión es que Hitchcock padece de colon irritable y, para colmo de males, es terrible de traumao, trancao y abuelo -seríamos súper buenos amiguis-, por lo que quise dedicarle la primera entrada de mi nuevo blog -yeeeeeeeeiiiiiii,él se sentiría honrado, estoy segura-. Así que no desesperéis, inmundo mortal, porque a continuación pasaré a detallar el remedio para volver a la vida a este simpaticón galán. He dicho:

1- Sé que cualquier médico responsable (?) estaría totalmente contrario a ello, pero de verdad, es lo mejor para calmar la salud de las bestias: comer pan con queso. Stop, no se me sulfure mi público, si yo sé de lo que hablo. El asunto es que el queso libera endorfinas y las endorfinas hacen a la gente feliz. "Y la gente feliz, no mata a sus maridos" -sorry, pero no encontré el correspondiente video de "Legalmente Rubia"-, ¡TODO CALZA POLLO! Lo único que le faltaba a este loco era engullirse el manso queso chanco, para dejar de joderle la pita a las cabras de su elenco. 

2- Como podrán deducir por todo lo esgrimido en estas líneas, mi tesis es que Hitchcock no bailaba la cumbia con sabor. No quiero decir que era amargado, ¡PARA NADA! pero digamos que él no era Tite y que nunca le tocaba enterrarlo... Ergo, le vamoh a poner un tema a mi compipa. La idea es que cuando vuelvan a experimentar con ovejas y lo traigan a la vida, no tenga que valerse de diazepam para animarse e ir a la fiesta de Papitas. Con esta canción, exhortaremos a Hitchcock a EMPRENDER nuevas cintas; a subirse a una elíptica y liberarse del yugo de la autoestima baja; a no tenerle miedo a la marijuana -se ve medio tenso, pero es un relajado reprimido el pobre-; a no desistir en gritar un vivashile -ojo, siempre y cuando no lo vayan a denunciar por acoso laboral-. Yo sé que le fascinará, porque tiene cara de "me asusta, pero me gusta"... ¡Sal del closet musical y libérate, pájarolover!


                                             

3- Para terminar, quisiera dar un pack doble de sugerencias para nuestro amable amigo de manos largas con las rubias... Sí, efectivamente me dio paja seguir escribiendo, así que intentaré ser lo más breve posible. Tome nota, mi querido gordito, que no lo voy a repetir dos veces (?)

- Practique boxeo: es muy bien sabido que las actividades "aggressive" ayudan a liberar las tensiones que, en su caso, obviamente son muchas. Así, usted podrá pegarle con todo a esa bolsa larga y pesada, mientras se imagina machacando los cráneos de todos los que le hicieron bullying en el colegio, mientras recuerda cada una de las féminas que no le dieron hora... En fin, inserte aquí su trauma.

- Pitéese a alguien con Rammstein de fondo: es obvio, no entiendo cómo no han escrito análisis de su obra en torno a este tópico. Si usted volviera a nacer, sería un malulo industrial que iría a la Blondie todos los viernes por la noche. No estaría nada de mal, porque podría desatar toda esa euforia contenida, marcando los pasos de "Du hast".  Y era que no, de seguro moriría ante la sutileza de títulos como "Liebe ist für alle da" o "El amor está ahí, para todos". Aaaaaaawwwww, se sentirá muy tocado, de fondo...

PD: Ojo, que es para salir a machacar cráneos con su hacha regalona.